miércoles, 2 de noviembre de 2011

San Isidoro de Cartagena

Su familia era originaria de Cartagena (capital de la Cartaginense). Era el más joven de cuatro hermanos: Leandro (anterior obispo de Sevilla) Fulgencio y Florentina. Su Padre era hispano-romano y su Madre posiblemente de origen visigodo. Esto haría de Isidro un modelo de la simbiosis cultural que produjeron las invasiones bárbaras en la península ibérica.
La formación la debió recibir inicialmente de su hermano mayor Leandro. Pudo haber también influjo de una escuela monástica o episcopal en Sevilla. Cultivó el griego que en España seguía teniendo cierta vigencia por la presencia Bizantina en la península. Esto le permitió acceso a los escritores clásicos que luego fomentará.
No se sabe a ciencia cierta si llegó a ser monje. El hecho de que haya escrito una Regula monachorum no es dato cierto para afirmarlo.
Hacia el 600 después de la muerte de su hermano es nombrado obispo de Sevilla. En el 619 celebra el Concilio II de Sevilla. Conocedor del Derecho Romano comienza Isidoro a usarlo e incorporarlo a los decretos y actas de las reuniones eclesiásticas.
En el 633 preside el Concilio Toledano IV. Su influencia es notable en lo que respecta a la formación de los clérigos y la liturgia. Se cree que redactó el «ordo celebrando concilio» matriz de los subsiguientes Concilios toledanos.
Durante cuarenta años de episcopado Isidoro influyó en toda la vida nacional española. Contribuyó por medio del influjo personal sobre los Reyes visigodos a la unidad cultural y religiosa de la península ibérica.
Redempto, clérigo de Sevilla nos ha dejado el testimonio de su muerte: cuatro días antes de su muerte practico en el coro de la Iglesia de San Vicente el rito de la penitencia, y exhortó a todos a la caridad y unión fraterna. Muere luego tranquilamente en su celda. El Concilio General Toledano VII (653) lo declara «Doctor insigne, la gloria más reciente de la Iglesia católica». Su culto adquiere pronto renombre. Su cuerpo es trasladado en el S. XI a León donde se construye la Basílica de San Isidoro donde hoy en día se guardan sus reliquias. Inocencio XIII lo declaró Doctor de la Iglesia el 25-IV-1722.

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